martes, 28 de febrero de 2012

LA GRÁFICA EN EL AFICHE ELECTORAL PRESIDENCIAL


1947, impresión litográfica, 95,3 x 65,5 cm
Editorial Grafolit
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela. 
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas
Texto publicado en el catálogo
EL AFICHE ELECTORAL PRESIDENCIAL
Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez, Caracas
Inauguración 22 de septiembre de 2006 Exposición Nro 67 Catálogo Nro 37 Curaduría e investigación Susana Benko / Renny Barrow Textos Roberto Malaver / Anny Bello / María Margarita Rasquin / Renny Barrow Coordinación Renny Barrow / Anny Bello Museografía Rayza Herrera Conservación Luis Quintero / José Navas Registro Ana María Moreno / María Eugenia Zambrano Diseño gráfico Claudia Leal Dibujos digitales de logotipos y emblemas Álvaro Arocha Paz Castillo / Abilio Torres Fotografías Carlos Lozada Corrección de textos María Margarita Rasquin / Anny Bello Impresión La Galaxia Edición 1000 ejemplares Depósito Legal lf57620067004209 ISBN  980-6495-09-8

La gráfica en el afiche electoral
El afiche, ha sido y sigue siendo uno de los recursos de comunicación visual más empleados para la promoción de candidatos y partidos políticos a lo largo de los once procesos electorales presidenciales celebrados en Venezuela desde 1947 hasta el 2000.

             En 1947, durante la Junta Revolucionaria de Gobierno se organizaron las primeras campañas presidenciales del siglo XX. Estas elecciones acontecieron en el marco de ciertas legalidades, como el decreto aprobatorio para realizar elecciones presidenciales y la legalización de los partidos políticos distintos al oficial. La convocatoria a elecciones fue dirigida en su mayor parte por el Consejo Supremo Electoral y, en otros casos, por los partidos políticos participantes en la contienda[1]. Ya en estos primeros comicios, se idearon estrategias de comunicación para incentivar la asistencia masiva de la población más allá de la competencia entre los partidos concurrentes.
1947, impresión litográfica, 96,4 x 66,2 cm
Litografía y Tipografía del Comercio
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela 
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas


            En esta década del cuarenta, en medio del atraso en algunas áreas vitales de la economía y la cultura del país, consecuencia del largo período dictatorial de Juan Vicente Gómez, ya se había implantado la cultural del afiche como recurso para promocionar o “vender” ideas, productos y servicios. Especialmente los de corte turístico y cinematográfico, eran conocidos por su efectividad comunicacional. Estos últimos aupados por el boom del cine mexicano, y los espectáculos teatrales españoles y argentinos fueron bien acogidos por la población. La demanda para la impresión de los afiches realizados en el país fueron cubiertas por imprentas venezolanas como la Tipografía Vargas, Editorial Grafolit y el Taller Gráfico. Otros fueron importados de México, país que tenía una industria del espectáculo desarrollada. En este marco histórico, no es difícil entender que las instituciones de Estado hayan vislumbrado los alcances del afiche para comunicar sus mensajes.
1946, impresión litográfica, 95,2 x 63,4 cm
Editorial Grafolit. Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas


1947, impresión litográfica, 47,3 x 32,5 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas


1947, impresión en huecograbado, 96,5 x 63,4 cm
Tipografía Vargas. Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas


            En general, los afiches electorales de esta etapa eran narrativos, con códigos visuales foráneos que fueron integrados a los vernáculos: el tricolor nacional al lado de la clásica imagen de una dama con gorro frigio, símbolo de la patria y la libertad. En estas representaciones se advierte cierta inclinación a plasmar un sentimiento nacionalista. Interés y búsqueda presente en una buena parte de las manifestaciones artísticas y literarias producidas en Latinoamérica para ese momento, que tuvo su fuente ideológica en el muralismo mexicano y que fue adaptado a nuestras latitudes por importantes artistas venezolanos como Alejandro Colina, Héctor Poleo, Pedro León Castro, entre otros.
            El sentimiento por lo propio, presente en las artes plásticas, se encuentra también en las artes gráficas. El diseño para entonces tenido como recurso informativo con lejanos visos de poseer valor artístico, no quedaba fuera de las influencias del ámbito cultural. Este enlace entre diseño y arte puede explicarse porque muchos diagramadores, ilustradores y caricaturistas eran artistas que tenían las artes gráficas como oficio. Posiblemente, esas condiciones favorecieron la producción de afiches en los que se conjugan artisticidad con una acertada claridad comunicacional, lo que en definitiva, manifiesta el dominio del lenguaje gráfico de sus hacedores.
1947, impresión en huecograbado, 96,6 x 62,3 cm
Tipografía Vargas. Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas


1947, impresión litográfica, 95 x 63 cm
Editorial Grafolit. Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas


1947, impresión en huecograbado, 89,6 x 62,5 cm
Tipografía Vargas. Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

Es importante destacar, que algunos de los partidos políticos que pervivieron hasta ese momento tenían cercanía ideológica con el marxismo[2]. Especulamos que por esta vía también hubo conocimiento de los movimientos artísticos constructivista y realista de ese país que propició un estilo definido del diseño gráfico; el primero desde el punto de vista estético y, el segundo por su búsqueda de efectividad comunicacional, concretamente en el área de la propaganda comprometida. Esta coincidencia se denota en el carácter moderno, síntesis y economía de la representación de algunos de los afiches presentes en la muestra.
1947, impresión litográfica, 95,3 x 65,5 cm
Editorial Grafolit, ilustración de Yepes
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

1947, impresión litográfica, 89 x 63 cm
Ilustración de Carrasquel T.
Editorial Grafolit. Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

1947, impresión litográfica, 96,8 x 65,5 cm
Editorial Grafolit. Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas


Después de las primeras elecciones de 1947, en el que fue electo Rómulo Gallegos, quien ejerció la presidencia por ocho meses, se produjo un alto en los procesos de votación, a causa del golpe dictatorial dirigido por Marcos Pérez Jiménez. A la caída de este sistema en 1958, se retoma la normalidad constitucional y se convocan nuevamente elecciones. Se amplía el panorama de participación política de partidos, con Acción Democrática (AD), Unión Republicana Democrática (URD), Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV). Posteriormente, algunos de ellos se bifurcarían para dar paso a nuevas agrupaciones políticas con lineamientos propios.[3] Sin embargo, a pesar de haber una gran cantidad de partidos políticos en la escena electoral, el bipartidismo entre AD y COPEI domina el panorama de la historia política de las décadas posteriores a los años cincuenta.
Identificadores políticos

Desde entonces, el desempeño y evaluación de los partidos que estuvieron de turno en el poder, aumentaron las expectativas de la población en cada llamado a elecciones. En algunos casos las consecuencias desfavorables ocasionadas por la implementación de medidas económicas y sociales, afectaron la credibilidad y la confianza de los partidos y los candidatos. La respuesta de la población se hizo sentir en las urnas de votación, bien para sumar el voto al candidato de su preferencia o para abstenerse de hacer uso del derecho constitucional, en lo que se ha denominado “voto castigo”.
Se hizo necesaria la ideación de una campaña de propaganda electoral y estrategias de comunicación que supieran expresar el ímpetu e idoneidad del candidato propuesto. Por su parte, las esferas políticas toman conciencia del potencial de la publicidad en las estrategias de proyección presidencial, sobre todo a partir  del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez en 1973.
Por ello, en las campañas electorales el diseño gráfico y particularmente el afiche, forma parte de una estrategia general de promoción, de carácter interdisciplinario que integra otras áreas del conocimiento como la psicología y la publicidad, a fin de lograr mejores resultados en la comunicación. En esa gran estrategia, indistintamente de los medios de comunicación empleados, la imagen, los lemas, los colores, atienden a una línea conceptual y visual coherente, y por supuesto, a un estudio de factibilidad y de adecuación del mensaje.
Actualmente, desde la perspectiva del diseño y de los recursos de la comunicación, los medios audiovisuales son los que están a la palestra de los de mayor efectividad. Sin embargo, aún los afiches políticos por su carácter cotidiano y urbano, aún continúan usándose como un recordatorio visual eficaz para el transeúnte y el peatón.
El mensaje que se quería transmitir, influyó en el modo de resolver y plantear las propuestas de diagramación del afiche, lo que a su vez terminó por definir ciertas líneas gráficas, que no calzan con una evolución cronológica sino con las distintas maneras de alcanzar los objetivos propuestos. En términos generales, podemos acercarnos a una clasificación de los afiches electorales por grupos: el de imágenes de los candidatos (liderazgo), los grupales (sentido gregario y cohesión de grupo), los de composiciones tipográficas (apoyada en las palabras como mensaje dirigido y como propuesta estética en sí misma), y por último los humorísticos.
1947, impresión en huecograbado, 129,7 x 83,5 cm
Tipografía Vargas. Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas


1968, impresión litográfica, 65,7 x 48,7 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela 
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

1978, impresión litográfica, 57,8 x 34 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

1978, impresión litográfica, 42 x 28,7 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

1983, impresión litográfica, 84,5 x 41,3 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas
1993, impresión litográfica, 47 x 31 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

1998, impresión litográfica, 43,3 x 31,8 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

1978, impresión litográfica, 63 x 45 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

1998, impresión litográfica, 64,2 x 93 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas
1983, impresión litográfica, 89 x 14 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

1983, impresión litográfica, 65 x 47,5 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas

1983, impresión litográfica, 39 x 65 cm
Colección Biblioteca Nacional de Venezuela
Dirección Archivo Audiovisual. Obras Planas
Precisamente, una de las resoluciones gráficas más usadas es la imagen ilustrada o fotográfica del candidato en determinados encuadres para resaltar su lado emotivo y afectivo. El aspecto racional o proyecto de gobierno, en cambio, quedan en un segundo plano.
El conocimiento de las ventajas ofrecidas por la fotografía se remonta a principios del siglo XX cuando los artistas dadaístas y rusos la utilizaron para realizar collages “antiartísticos”, y en el diseño de afiches de propaganda. Especialmente para los dadaístas esta técnica denominada fotomontaje, era utilizada como imagen “confeccionada”. El carácter figurativo destacaba en estas representaciones. Según Cristina Lodder, en su libro El constructivismo ruso, se les llegó a considerar “como sustituto de los propios objetos”. Al ser reflejo directo de la realidad podía calar sin mayores complicaciones semánticas en distintos estratos sociales.
Se combinan tres códigos al momento de escoger e interpretar una imagen electoral: “1. Código cámara, basados en recursos propios del instrumento técnico: planos, angulación, lentes, profundidad de campo o encuadre; 2. Código gestual, un recurso más primario en tanto que basta la experiencia interpersonal del receptor para decodificar el sentido del gesto. Las fotografías son casi caricaturas que enfatizan signos de sorpresa (cejas enmarcadas), indignación (cejas fruncidas), simpatía (amplia sonrisa); 3. Código proximidad que se genera en la composición de la página, pudiendo contagiarse los significados de las informaciones gráficas y/o textuales próximas de forma más o menos explícita.” [4] Así, la selección de una imagen del candidato atiende a un estudio concienzudo de los posibles efectos emocionales y de comunicación que teóricamente pueden originar en el receptor.
Otro aspecto importante a considerar es la tipografía como mensaje y propuesta gráfica en sí misma. En el país, en la campaña de Jaime Lusínchi de 1983, se utilizó con éxito el recurso tipográfico para su promoción electoral. El diseñador gráfico y publicista argentino Juan Fresan ideó una campaña basada en la sílaba “Sí” extraída del apellido del candidato, como elemento publicitario persuasivo. También es importante resaltar el particular estilo gráfico de los afiches del partido Movimiento al Socialismo, por el considerable valor puesto en las composiciones tipográficas.


El color también es un aspecto fundamental por su propiedades sugestivas y porque delimita visualmente el partido político. Incluso, algunos partidos en Venezuela llegaron a tal grado de codificación cromática que se publicitaba “vota blanco” o “vota verde”, sin necesidad de apoyar con otros canales de comunicación la direccionalidad del mensaje.
Para concluir, el afiche forma parte de una estructura general que podríamos enmarcar en la línea del marketing (la estrategia publicitaria de venta de una idea o producto), el coaching (estudio de la propia imagen del candidato y su adecuación al perfil de la campaña). Sin embargo, es importante aclarar que un excelente afiche no garantiza los votos del candidato sino que es un recordatorio, que por redundante o aclaratorio puede tornar a favor la decisión de quien aún no tenga una preferencia política definida.

Texto: Anny Bello
Imágenes referenciales tomadas del catálogo El afiche electoral presidencial. Caracas, Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez, 2006

BIBLIOGRAFÍA
Armas Alfonzo, Alfredo. Diseño gráfico en Venezuela. Caracas, Maraven, 1985.
Catalá, José Joaquín (Editor). Documentos que hacen historia. Papeles de archivo. Caracas, Cuadernos de divulgación histórica, Ediciones Centauro, 1987.
DGV 70.80.90. Diseño gráfico en Venezuela. Caracas, Centro de Arte la Estancia, , 1996.
Frascara, Jorge. Diseño gráfico y comunicación. Buenos Aires, Ediciones Infinito, 2000.
Llerandi, Felipe. 100 afiches venezolanos. Caracas, Grostz Editora, INDULAC, 1991.
Looder, Cristina. El constructivismo ruso. Madrid, Alianza forma, 1988.
Meggs, Philip B. Historia del diseño gráfico. 3era edición. México, McGraw-Hill, 2000.
Sampedro, Víctor; Roncero, María Teresa. Información gráfica electoral: infopropaganda y guerra de estrellas. www.ehu.es/zer/zer7/sampedro69.html




[1] El partido oficial del gobierno de Isaías Medina Angarita era el Partido Democrático Venezolano. Por su parte, Acción Democrática, el Partido Comunista de Venezuela, el Comité de Organización Política Electoral Independiente y la Unión Europea Republicana Democrática participaron en estas elecciones como opositores.
[2] Dos de ellos eran el Partido Revolucionario Progresista (PRV) y la Unión Nacional de Estudiantes (UNE).
[3] De Acción Democrática surgieron tres partidos: el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el Partido Nacional de Integración Nacional (PRIN) y el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP). Por su parte el Partido Comunista de Venezuela tuvo una división que dio origen al Movimiento al Socialismo (MAS). Posteriormente COPEI da paso al Partido Convergencia.
[4] Víctor Sampedro; María Teresa Roncero. Información gráfica electoral: infopropaganda y guerra de estrellas, p. 4. www.ehu.es/zer/zer7/sampedro69.html


Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez
Av. Bolívar entre calles Sur 11 y Este 8
Paseo Vargas
Caracas, Venezuela
Teléfono: +54 212 5712401 / 5721476
@museodeldiseno
Museo edccd

lunes, 20 de febrero de 2012

BUENOS AIRES - INCEPTION PARK VIDEO

FERNANDO LIVSCHITZ






...Creó el video de un parque visual temático que tiene como escenario distintas locaciones, calles y edificios de la ciudad de Buenos Aires, Argentina.  


http://bsfilms.com.ar/Bsfilms/Black_Sheep_Films_-_Fernando_Livschitz.htmlhttp://bsfilms.com.ar/Bsfilms/Black_Sheep_Films_-_Fernando_Livschitz.html

domingo, 19 de febrero de 2012

AUGUSTE HERBIN (Quiévy, 1882 - París, 1960)





Texto publicado en el tríptico
AUGUSTE HERBIN
Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez, Caracas
Inauguración 31 de marzo de 2006 Exposición Nro 59 Catálogo Nro 31 Textos Anny Bello Coordinación Anny Bello Museografía Daniel Hernández Conservación Luis Quintero / José Navas Registro Ana María Moreno Coordinación editorial Katherine Chacón Diseño gráfico Álvaro Arocha Paz Castillo Fotografías Carlos Lozada / Carlos Germán Rojas Corrección de textos Katherine Chacón / Susana Benko Impresión La Galaxia Edición 1000 ejemplares Depósito Legal CG5762006614

Auguste Herbin fue un artista ampliamente comprometido con el arte de su tiempo. Se paseó por las distintas tendencias del arte moderno, como el fauvismo y el cubismo. Del fauvismo obtuvo el dominio del color y del cubismo su afición por el estudio de la composición y la síntesis geométrica de las formas naturales. Sin embargo, su obra evoluciona a un tipo de arte completamente geométrico hasta plegarse a la tendencia abstraccionista  después de 1910. Al estallar la Primera Guerra Mundial, Herbin es consignado a realizar trabajos especiales como la decoración de la capilla del campo de artillería de Mailly-en-Champagne y el camuflaje de aviones. A pesar de estas difíciles circunstancias históricas, continuó activo en el mundo de las artes, organizando en 1919 el primer Salón de los Surindependientes.
   Entre 1922 y 1926 vuelve temporalmente a la figuración, pero luego regresa de manera definitiva a la abstracción en 1927. A partir de esta fecha su obra tiene una considerable influencia del neoplasticismo de Piet Mondrian que se verá reflejada en la inclinación por el estudio del color, la forma y la composición.
   En París de 1931, junto a Theo van Doesburg, Naum Gabo, Piet Mondrian, Georges Vantongerloo y Antoine Pevsner funda la asociación Abstracción-Creación, grupo que desde su creación y hasta 1936, organizó exposiciones para difundir el arte concreto o no objetivo -otra denominación del arte abstracto- y publicó anualmente la revista Abstracción Creación, arte no figurativo.
   Después de la Segunda Guerra Mundial, Herbin participó junto al pintor Félix del Marle en la creación del Salón Nuevas Realidades que se organizó regularmente desde 1946 hasta 1956, encargándose también de la redacción de su primer manifiesto en 1948. Esta agrupación reunía a artistas de distintas tendencias abstractas para promover sus obras en medio de una Francia que aún mantenía cierta reticencia por este tipo de arte.
   Con el apoyo de la Galería Lydia Conti, publicó en 1949 el libro El arte no figurativo y no objetivo, en el que hizo la propuesta de su “alfabeto plástico” que ya venía madurando desde 1943, el cual consistía en un modelo para la obra pictórica de relaciones entre las letras, las formas geométricas, el color y los sonidos.
   Herbin sufre un ataque de hemiplejia en 1953 dejándole secuelas que le dificultaron la capacidad motora en su mano derecha. Aún así, logró un rápido re-aprendizaje de su mano izquierda con la que continuó pintando. Entre 1954 y 1957 firma un contrato de exclusividad con la Galería Denise René que consistía en el beneficio de “porcentaje de ventas sobre las obras, […] honorarios profesionales […] e insumos necesarios para la producción de sus piezas.[1] En esta galería -tanto en sus sedes de París como de Nueva York- expone individualmente  y en colectivas.
   Precisamente, el álbum Herbin Nº 5 fue editado interrumpidamente por Ediciones Denise René, entre 1959 y 1960, debido a la muerte del artista acaecida en 1959. La impresión de las serigrafías fue realizada en el Taller Arcay y la de los textos que acompañan el álbum por el maestro impresor Emmanuel Guillot.

Álbum de Auguste Herbin, ejemplo de su alfabeto plástico


El grupo de doce obras serigráficas a la que nos referimos y que forman parte del álbum Herbin Nro 5 de la colección permanente del Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez/Fundación Museos Nacionales, en Caracas, recoge sucintamente el concepto plástico de Herbin sobre la pintura. Para este artista el color lo contiene todo, “se manifiesta espiritualmente: de la oscuridad a la luz, por el espectro, por el arcoiris y por el prisma; materialmente: del negro al blanco e inversamente al pasar a todos los colores de la naturaleza, del reino humano, animal, vegetal y mineral”.[2]
Considera “el azul [como] el color más cercano a las tinieblas y el principio de oscuridad, mientras que el amarillo es el principio luminoso porque es el color más próximo a la luz”, siendo el blanco el principio y el negro el fin, por lo absoluto de la luz en uno y de su ausencia en el otro. Continúa con su estructura cromática y sus relaciones: “la alianza directa del azul y el amarillo produce verde, color externo del reino vegetal. La alianza indirecta del amarillo y el azul produce el púrpura, alma de la carne, la sangre, el color interior del reino humano y animal”.[3] Así, el arte de Herbin presenta un discurso simbólico muy personal que bien explicó a través de su tratado teórico.
Yendo aún más lejos, Herbin estimó la unión del color, lo claro y lo oscuro y las formas geométricas con los sonidos de la escala musical y las letras del alfabeto. Sus últimos trabajos los titula por ejemplo: Mediodía, si la obra tiene preponderancia de amarillos y verdes, colores más cercanos a la luz o, Medianoche, si el azul y el negro dominan la composición.
En la obra Fin, el fondo negro de la composición remite a la letra V. Sobre ese fondo, delgados rectángulos están en desequilibrio sobre un círculo que sirve de base. Las notas SOL y el FA, y la letra R son las más cercanas a estas figuras de color azul claro. Alrededor de ellas hay otros triángulos y pequeños círculos rojos y anaranjados rojizos. La combinación de estas formas y colores están asociadas a las sonoridades del RE y el DO. La letra E es la del rojo y la F la del anarajando rojizo.
Estás asociaciones están regidas por una visión muy particular del artista, que encuentra en la música una de las formas artísticas más abstractas, adecuada a sus planteamientos plásticos. Pese a que Herbin busca abstraerse de la naturaleza, vuelve a ella por la relación temática que logra con el título de sus obras. Continuando con Fin, las figuras azules representan la oscuridad y, el rojo y anarajando aluden a la vida. En general, la composición remite a un derrumbe de esas figuras que se intuye estaban en débil equilibrio.   
De esta manera, su arte propone una rica experiencia sinestésica en la que vincula en un solo objeto sensaciones alusivas a varios sentidos integrando las artes (música, pintura, letras) en un lenguaje único y universal. Su experiencia sirvió de inspiración a varios artistas, entre ellos a Víctor Vasarely quien se basó en su modelo plástico para estructurar algunas de las combinaciones correspondientes a la etapa conocida como el “Folklore Planetario”. Desafortunadamente, a pesar de haber sido un importante teórico y exponente de la abstracción geométrica, su trabajo es uno de los menos difundidos. Muere en 1959 dejando, un año antes, el proyecto para la construcción de un museo dedicado a sus obras.   

Texto: Anny Bello


[1] Susana Benko. “Denise René, la persona, la galería”. En: Donación Denise René. Siete maestros del geometrismo. Colección Museo Carlos Cruz-Diez. Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez. Caracas, 2004, p. 9.
[2] Álbum Herbin N° 5. Ediciones Denise René, París, 1960.
[3] Gloria Carnevali. “Herbin”. En: Herbin. Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, Caracas, 1978, s/p.











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